El té verde posee grandes propiedades que resultan beneficiosas para la salud humana. Entre ellas, “están las xantinas, sustancias en las que destacan la cafeína, la teofilina y la teobromina, que estimulan el sistema nervioso central, lo que nos ayuda a mantenernos despiertos y combatir la fatiga”.1
Igualmente, gracias a las sustancias conocidas como polifenoles y su aporte de vitaminas B y C, también es un poderoso antioxidante que:
- Reduce el estrés
- Retrasa los efectos del envejecimiento
- Mejora la atención y la memoria
- Combate los casos de migraña
- Elimina los líquidos retenidos
- Desinflama el abdomen y las piernas
Así mismo, “se le considera favorecedor de la recuperación muscular después de la actividad corporal y como una ayuda para quemar grasas”. En el primer caso, por (como lo mencionamos anteriormente) “ser un potente antioxidante que refuerza y regula el sistema inmunológico y, en el segundo, por su poder termogénico; es decir, por generar calor corporal, lo que puede provocar desintegración de grasas al convertirlas en energía”.2